Hará cosa de dos meses escribí este email, y lo dejé en borradores. En ese momento me pareció demasiado “pasteloso”. Demasiado “charla motivacional” barata.
Hoy entre aquí, me lo encontré en borradores, lo lei y pensé que, hostia, creo que puede darle un pequeño empujoncito a alguien. He leído mis propias palabras y me ha recordado y reforzado la idea del “Tienes que hacer lo que tienes que hacer”.
Así que, ¿porqué no enviarlo? Es gratis. Y aquí lo tienes. Espero que te parezca interesante:
[Hace 2 meses o así…]
Te hablo desde un hospital. No por mi, si no por un familiar. Debo pasar horas aquí y escribir es una buena forma de pasar el rato.
Es curioso. Estoy en el hospital acompañando a una persona por la que nunca me había planteado estar en el hospital. Siempre ha sido una persona fuerte, en el sentido más estricto de la palabra.
Tiene un trabajo con actividad física. Cuerpo atlético. Alimentación relativamente buena.
Sí, también tiene otros hábitos ”no tan buenos” (a buen entendedor…), pero bueno.
Sé que es ridículo no haberse planteado eso. Por supuesto, todos nos encaminamos hacia un deterioro físico inevitable. Más tarde o más temprano, quien más quien menos, y viviendo los años suficientes, pasará por un hospital.
A veces no nos planteamos que a nuestros seres queridos les pasarán cosas de este tipo. Ni siquiera nos planteamos con la suficiente determinación que nos pasarán a nosotros mismos.
Por eso, desde aquí le he estado dando vueltas a esta frase:
Tienes que hacer lo que tienes que hacer.
Sin más.
Y eso implica muchas cosas.
Desde cuidar de una persona a la que tienes que cuidar porque “tienes que hacer lo que tienes que hacer”.
O, y ya cambiando la tonalidad de este correo, llamar a “esa persona", empezar “ese hobbie” o lanzarte a hacer “eso que te apetece hacer desde hace tiempo”.
Podría dedicarle muchas líneas al párrafo anterior, pero supongo que coges la idea.
Tienes que hacer lo que tienes que hacer.
No solo es una frase motivacional de libro de 2,97€ en Amazon (que termine en 7 es importantísimo).
También es una realidad. Una forma de aprovechar la vida “productivamente”.
Hacer lo que tienes que hacer te da la posibilidad de cagarla. Claro. Pero también te da la posibilidad de conseguir cosas buenas.
Y lo más importante. Te da la posibilidad de no arrepentirte por no haberlo intentado.
Y eso me parece maravilloso. ¿A ti no?
Yo, sin duda, este año puedo decir que estoy haciendo lo que tengo que hacer. Y sinceramente, sienta realmente bien.
Así que desde un hospital te invito a hacer lo que tienes que hacer, y en un tiempo nos cuentas qué tal te fue.